EL DIARIO DE MECK: DIA 4
"Cómo deshacerse de un gordito molesto"
Hoy salí a la calle. Me pareció que antes de molestar a Octavio podía intentar solucionar esto solo, así que caminé treinta cuadras buscando veneno para Gorditos. En realidad el veneno para gorditos no es veneno de verdad, es decir, no los mata, solo los deja un poco tontos. Les genera un efecto de ensueño que hace que sea más fácil moverlos. Los Gorditos son chiquitos pero pesados, entonces es complicado sacarlos, imagínate si encima es uno de esos que están bien despiertos.
En fin, salí a comprar el veneno y no encontré por ningún lado. Parece ser que ahora, con este asuntos de la “Protección a los Gorditos” ya no se vende. En la droguería de la vuelta me dijeron que un grupo de gordoactivistas entro de prepo y se llevó todos los productos para el control de Gorditos. La señora que vende, que también es la dueña, no dejó de decir cosas feas de los gordoactivistas desde que entré hasta que salí del local. ¡Y qué cosas decía! Ahora, yo entiendo que esté enojada, al fin y al cabo le robaron todo el producto. Porque es así, gordoactivistas o no, robar se lo robaron.
Yo no podría ser gordoactivista, entiendo que no está bueno hacerles mal, pero si ellos nos molestan todo el tiempo ¿Qué se supone que hagamos? Yo no quiero que los gorditos se apoderen de mi casa. Hace poco me enteré que hay comunidades que conviven con los gorditos en su estado salvaje. Están todos del tomate.
Volví a encontrarme a la vecina haciendo cosas raras. La crucé cuando salí, no me dijo nada y a modo de saludo me dio una gruya de papel. La miré con extrañeza y después seguí con lo mío.
La gruya la guardé.
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